La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), ENLA ha publicado una opinión científica sobre la evaluación de los riesgos para la salud humana y animal, de la presencia de glicoalcaloides en alimentos y piensos, concretamente en patatas y productos derivados.
Los glicoalcaloides son compuestos naturales que se encuentran en la familia de las solanáceas.
Esta evaluación se ha realizado en partes comestibles de plantas de patata y otras plantas que contienen glicoalcaloides, en particular, tomate y berenjena.
Hay diferentes tipos de glicoalcaloides; los predominantes son en la patata la α-solanina y α-chaconina y su concentración depende, entre otros, de la variedad de la patata, la madurez y varios factores ambientales.
Las condiciones de almacenamiento, especialmente la luz y la temperatura, son responsables directos de un aumento de solanina.
En humanos, los efectos tóxicos provocan síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea).
En la caracterización del riesgo, EFSA utiliza el enfoque del margen de exposición (MOE) para evaluar un posible problema de salud.
En el caso de la patata y derivados, los expertos científicos han identificado problemas de salud para los grupos de edad más jóvenes (bebés y niños pequeños).
El pelar, hervir o freír pueden reducir el contenido de glicoalcaloides en los alimentos.
Tomate y berenjena
En cuanto al tomate y berenjena no se ha podido establecer el riesgo para la salud humana, debido a que aún no se cuenta con suficientes datos sobre la presencia de glicoalcaloides en estos productos.
Tras la presente publicación, se iniciará el debate por parte de los gestores del riesgo sobre la posible instauración de medidas de gestión.
Límites máximos de contaminantes en los alimentos: Reglamento 1881/20006, de 19 de diciembre de 2006, de la Comisión Europea.
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[Fuente: Agencia Española Seguridad Alimentaria. 11/08/2020]