Categoría: Promoción de la salud y prevención de la enfermedad

La violencia obstétrica es una forma de violencia de género

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Con motivo del 25 de noviembre, Día de concienciación sobre la violencia obstétrica, el Grupo de Trabajo de Psicología Perinatal del Colegio Oficial de Psicología de las Illes Balears (COPIB) manifiesta la necesidad de visibilizar y condenar la violencia obstétrica, otra forma más de violencia de género, que atenta contra la salud sexual y reproductiva de las mujeres y que tiene lugar en los servicios de salud reproductiva y en la atención al parto.

La violencia obstétrica, tan negada y silenciada, es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.

En abril del año 2019, se publicó el informe “Enfoque basado en los derechos humanos del maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica”, presentado por la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Dubravka Šimonović, en la Asamblea General de Naciones Unidas. En este informe se relata textualmente:

“Como principal organización de las Naciones Unidas en el ámbito de la salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) respondió a los temores de las mujeres en relación con la atención del parto publicando una declaración en 2015, en la cual condenaba, rotundamente, el maltrato físico, la humillación y la agresión verbal, los procedimientos médicos coercitivos o no consentidos (incluida la esterilización), la falta de confidencialidad, el hecho de no obtener el consentimiento plenamente informado, la negativa a suministrar medicación contra el dolor, las graves violaciones de la intimidad, la denegación de admisión en los centros de salud, el abandono de las mujeres durante el parto que puede llevarlas a sufrir complicaciones evitables y que puede amenazar su vida y la detención de las mujeres y sus hijos recién nacidos en los centros, después del parto, a causa de su incapacidad para hacer frente al pago.

En su declaración, la OMS reconoció que este maltrato no solo viola el derecho de las mujeres a una atención respetuosa, sino que también puede posar en peligro su derecho en la vida, a la salud, a su integridad física y a no ser objeto de discriminación.”

A lo largo de los años, mujeres de todo el mundo han relatado, sin sentir a veces el derecho a hacerlo, ser víctimas de comentarios y prácticas humillantes, burlas, observaciones sexistas durante la atención al parto, así como carencia de autonomía y capacidad de toma de decisiones, como por ejemplo elegir la postura que la mujer necesita para parir. Las mujeres han denunciado haber sufrido maniobras desaconsejadas por la OMS (Kristeller, Hamilton, uso rutinario de episiotomías...), exceso de partes inducidos, cesáreas evitables, abandono durante la atención al parto, y un largo etcétera. Prácticas que atentan contra los derechos humanos de las mujeres y que tienen un impacto psicológico, emocional y físico en la mujer y el bebé que nacerá. Tal impacto en la salud de la mujer podría desencadenar la aparición de sintomatología propia del trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión posparto y cuadros de ansiedad, fóbicos o evitatius (tocofòbia), posando en riesgo la vinculación con el bebé y la salud de la díada.

El COPIB rechaza las prácticas anteriormente detalladas, humillantes e incapacitantes para la mujer, y defiende el derecho de las mujeres a recibir un trato digno y respetuoso en los servicios de salud reproduc-*tiva y en la atención al parto.

Por todo esto, la institución colegial considera esencial que las administraciones competentes tomen en consideración la importancia de aprobar leyes y políticas en materia de salud, que contemplen los problemas estructurales y causas subyacentes de la violencia contra la mujer (dinámica de poder, falta de formación en derechos humanos, personal cualificado, sobrecarga laboral, etc.) y garanticen en la ley y en la práctica los derechos humanos de las mujeres en los servicios de salud reproductiva y en la atención al parto.

[Fuente: COPIB. 01/12/2020]

[Foto: Susan / Pregnant / CC BY­ND 2.0]