El Consejo General de la Psicología (COP), junto con la OCU, ha elaborado un manifiesto sobre la deficiente atención a la Salud Mental en el Sistema Nacional de Salud y la sobremedicación de la ciudadanía.
Las principales guías de práctica clínica, basadas en el mejor conocimiento científico disponible, como las del Instituto Nacional para la Excelencia Clínica (NICE), recomiendan las intervenciones psicológicas más allá de la mera prescripción de fármacos, para el abordaje de una amplia gama de problemas de salud mental (trastorno depresivo leve y moderado, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de ansiedad generalizada, fobias específicas, trastornos de alimentación, conductas autolesivas, trastornos de personalidad, trastorno de estrés postraumático, problemas de conducta, etc.).
El uso de psicofármacos en salud mental debe restringirse a los casos estrictamente necesarios para evitar una medicalización de los problemas y alteraciones psicológicas reactivas a circunstancias traumatizantes. No es recomendable su uso indiscriminado y continuado durante largos periodos porque producen graves efectos secundarios, entre los que se pueden encontrar crear adicción, aumentar la depresión y las alteraciones del sueño.
Sin embargo, el sistema sanitario público en España apenas facilita tratamientos psicológicos, y los que presta son en condiciones inadecuadas, por las listas de espera de meses y escasa frecuencia de las sesiones. En España, la mayoría de los tratamientos de salud mental se realizan de forma privada y solo lo recibe quien puede pagarse las consultas privadas de Psicología.
En la sanidad pública, en la mayoría de los casos, el tratamiento se limita a la prescripción de psicofármacos, en ocasiones de manera excesiva y perjudicial. Nuestro país ostenta el récord de ser uno de los países con mayor consumo de psicofármacos del mundo. Esta deficiente atención sanitaria implica un malgasto de fondos públicos en tratamientos inadecuados, y tiene que acabar.
Por esta razón, reclamamos a las Administraciones públicas competentes que:
- Se triplique el número de psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud, para alcanzar al menos la media europea.
- Se incrementen el número de plazas PIR (Psicólogo Interno Residente).
- Se reduzcan las listas de espera para recibir asistencia psicológica.
- Se reduzca la prescripción de psicofármacos a los casos que sean necesarios y se utilicen siempre como tratamiento secundario respecto al tratamiento psicológico.
- Se incorpore la figura del psicólogo clínico a los Centros de Salud de Atención Primaria.
- Se ponga en marcha un Plan Nacional de prevención del suicidio con los recursos necesarios.
Consulta aquí el manifiesto "Por una atención psicológica en el cuidado de la salud mental".
[Fuente: COPIB. 19/07/2022]
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