Categoría: Promoción de la salud y prevención de la enfermedad

La semFYC publica una guía para atender mejor a los adolescentes en Atención Primaria

Tipografía
  • Más pequeño Pequeño Mediano Grande Más Grande
  • Por defecto Helvetica Segoe Georgia Times

Qué hacer y no hacer en la atención a la adolescencia es una guía práctica en la que se apuntan 9 cosas que no se deben hacer y otras tantas que sí, para que la atención a este colectivo resulte efectiva y sencilla.

Los miembros del Grupo de Trabajo de Atención al Adolescente de la semFYC recomiendan:

  • No centrar la atención exclusivamente en demandas biomédicas; sino incluir necesidades biopsicosociales, priorizando la promoción de estilos de vida saludable.
  • No derivar siempre a salud mental las solicitudes de cambio de género, salvo que existan síntomas psicopatológicos complejos o intensos.
  • No culpabilizar por el consumo de sustancias adictivas, sino realizar cribado oportunista con mensajes positivos, breves y continuados.
  • No realizar citologías en mujeres menores de 25 años; ante la alta incidencia de alteraciones clínicamente no relevantes.
  • No realizar un test de drogas sin informar al menor. No es ni práctico, ni ético ni legal.
  • No ignorar los riesgos del uso de Internet y redes sociales, teniendo en cuenta que son nativos digitales.
  • No prescribir benzodiacepinas ante problemas de ansiedad o insomnio: comporta más efectos secundarios indeseables que beneficios.
  • No realizar pruebas de imagen para cualquier dolor de espalda, salvo que haya dolor constante, sensibilidad ósea, hallazgos neurológicos anormales o dolor nocturno.
  • No solicitar un perfil lipídico sin valorar el riesgo cardiovascular. Es aconsejable hacer un cribado oportunista de las dislipemias a partir de los 18 años y con una periodicidad mínima de 4 años.

En cuanto a lo que sí se debe hacer, señalan estos nueve puntos:

  • Desarrollar una entrevista centrada en el adolescente, que debe sentirse el protagonista del encuentro clínico.
  • Fomentar la autonomía; el médico o médica de familia debe ayudarle a que se involucre en las decisiones relacionadas con el cuidado de la salud.
  • Valorar y registrar presión arterial, talla y peso. Es un paso sencillo que facilitará identificar a adolescentes con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
  • Promover la actividad física. El consejo aporta un impacto positivo en la salud con beneficios probables y ausencia de efectos adversos.
  • Normalizar la atención al adolescente transgénero, con respeto y atención personalizada.
  • Explorar la ideación suicida en adolescentes y jóvenes de riesgo, preguntando directamente sobre el asunto. Tengamos en cuenta que el suicidio es la segunda causa por fallecimiento entre jóvenes de 15 a 29 años, solo superada por tumores malignos.
  • Ofrecer el uso de implantes subcutáneos de progesterona a adolescentes con actividad sexual.
  • Seleccionar a los adolescentes que se beneficiarían de un tratamiento antidepresivo, puesto que se trata de una opción terapéutica más que puede combinarse con terapia cognitivo-conductual.
  • Valorar la necesidad de tratamiento farmacológico para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, tras la instauración de las medidas familiares y escolares, evaluándose su pertinencia y dosis de firma periódica.

[Fuente: semFYC. 20/07/2022]

[Foto: Govern de les Illes Balears]