Categoría: Promoción de la salud y prevención de la enfermedad

Manifiesto del COPIB en la celebración, ayer, del Día Mundial de la Salud Mental

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El COPIB aboga por proteger la salud mental infantojuvenil como estrategia prioritaria para garantizar el bienestar emocional de las personas a lo largo de toda la vida.

El Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears (COPIB) aboga por proteger la salud mental infantojuvenil como estrategia prioritaria para garantizar una buena salud emocional de las personas a lo largo de toda la vida. Con esa finalidad, el Colegio hace un llamamiento no solo a las instituciones, sino a toda la ciudadanía, para que concedan el valor que tiene a la salud mental en el desarrollo de los menores, rompiendo estigmas y favoreciendo una mejor comprensión de la salud mental; mejorando la inversión en prevención y tratamientos que cuiden en positivo la salud metal desde la infancia, y desarrollando programas que impulsen factores de protección a nivel global para disminuir el impacto de trastornos mentales en las edades más jóvenes.

Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental el lunes 10 de octubre, y en paralelo a la campaña de la Confederación Salud Mental España ‘Dale like a la salud mental. Por el derecho a crecer en bienestar’, el COPIB pone el foco este año en la infancia y la juventud, dos grupos de población cuya salud mental estaba muy afectada antes de la COVID-19 y que tras la pandemia han visto agravada su situación, tal y como se advierte en el informe de UNICEF ‘Estado mundial de la infancia 2021. En mi mente: promoción, protección y cuidado de la salud mental de los niños’.

Los datos recogidos en el documento muestran la situación crítica que viven los/as jóvenes: entre un 10 y un 20% de niños/as tiene un problema relacionado con la salud mental; el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 19 años; 1 de cada 5 jóvenes de entre 15 y 24 años a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en hacer las cosas. Asimismo, 1 de cada 7 niños se ha visto afectado negativamente por la situación de confinamiento, siendo el impacto en su educación notable. El coste personal de estos problemas en términos de discapacidad, problemas de salud, progreso educativo y personal y pérdida de vida laboral es incalculable, y en términos económicos se calcula en más de 390 mil millones de dólares.

Lecturas recomendadas de la Biblioteca Digital del COPIB con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental

Los problemas más notables relacionados con la salud mental en estas edades, son trastornos de la conducta alimentaria (TCA), depresión, ansiedad, autolesiones, ideaciones y tentativas de suicidio, entre otras. Asimismo, el estrés generado por la incertidumbre de la pandemia y la crisis económica asociada, también ha afectado a la población infanto-juvenil, aumentando sus niveles de ansiedad, miedo y preocupación ante el futuro. En las Illes estos efectos se vieron reflejados en indicadores de pobreza, de maltrato y de salud mental, con un aumento de ingresos relacionados con la conducta autolítica y TCA.

Teniendo en cuenta que casi la mitad de los trastornos mentales se desarrollan antes de los 18 años de edad, y que se estima que 1 de cada 100 niños tenía un problema de salud mental en España, en 2017, desde el COPIB inciden en la importancia de centrar los esfuerzos en la prevención, en el diagnóstico precoz y en favorecer el acceso a una atención especializada de calidad a los niños y niñas que se hallan en riesgo debido a problemas de salud mental preexistentes, que priorice el tratamiento psicológico y evite la medicalización.

Asimismo, de acuerdo con el informe de UNICEF, que también explora las causas asociadas a la presencia de trastornos mentales en la infancia, considera necesario abordar la problemática desde un enfoque biopsicosocial, que permita incidir en los factores estresantes de mayor riesgo para desarrollo de trastornos mentales: factores genéticos unidos a las experiencias vitales negativas (por ejemplo, de abuso o violencia), la falta de un adecuado apoyo familiar y social o un entorno asociado a pobreza y discriminación, entre otros.

Desde el COPIB concluyen que una salud precaria durante la infancia y la adolescencia aumenta las posibilidades de desarrollar problemas psicológicos a corto y largo plazo con costes personales y económicos para la sociedad. Por eso es importante trabajar de forma coordinada y colaborativa en la protección de la salud mental infantojuvenil: desarrollando estrategias de prevención primaria, informando y formando a los padres para mejorar el bienestar psicológico y el desarrollo cognitivo de niños y adolescentes, mejorando los canales para la detección precoz de los trastornos y garantizando recursos asistenciales próximos y bien dotados.

[Fuente: COPIB. 10/10/2022]

[Foto: Pxfuel / Woman / CC0 Dominio publico]